La RFID (identificación por radio frecuencia), es una realidad y ahora el reto que se presenta es buscar aplicaciones prácticas, para las llamadas "etiquetas inteligentes"
El funcionamiento de RFID se basa en las ondas de radiofrecuencia que se usan para identificar y comunicarse con las ‘tags’ o etiquetas, fabricadas con un chip de silicio, que va unido a una antena de radiofrecuencia. Cuando se acercan a un área de cobertura de un lector de éstas etiquetas, transmiten por radio la información almacenada en su memoria sin necesidad de contacto físico o visual.
La tecnología RFID tendrá sin duda un gran impacto en muchos y diferentes sectores, como el consumo, la sanidad, la alimentación, etc., ya que captura e identifica de forma automática un objeto enviando la información que hay almacenada en un chip de silicio, sin necesidad de contacto físico o visual. Esto permite una coordinación de objetos e información de importantes salidas sociales y comerciales ya que supera las prestaciones del tradicional código de barras.
El chip es conocido como “tag”, y va unido a una antena de radiofrecuencia. Los componentes básicos de un sistema RFID son el tag o etiqueta, el lector, la antena y el sistema gestor de información. En los últimos años esta tecnología está teniendo una mayor diversidad de usos gracias a su perfeccionamiento técnico y al desarrollo de estándares internacionales. Ejemplo de ello es su reciente aplicación en el pasaporte electrónico.
El uso de esta tecnología no se limita a empresas de perfil extrainnovador y se espera que antes del año 2012 se haya alcanzado un número importante de implantaciones en campos y sectores variados. Las ventajas que ofrece la tecnología RFID en sectores como el alimentario, el farmacéutico, hospitales, transporte, logística, el comercio o la administración pública, son importantísimos y su futuro y aplicaciones es de gran importancia.
La implantación del RFID dependerá de en qué grado las empresas se animen a invertir en esta tecnología todavía por explotar, con aplicaciones prácticas que aún están por implantar y desarrollar. “Lo que invita a probarlo es poder comprobar que se aplica con éxito entre aquellos que lo prueban”.
En los procesos de gestión de la cadena de suministro, la tecnología RFID contribuye a la reducción de inventarios, mejora el nivel de servicios gracias a un mayor control de las entregas de pedidos, reduce costes operativos, garantiza la exactitud en la identificación de mercancías o la lucha contra la falsificación de productos.
En el sector de la alimentación, la aplicación de la tecnología RFID ya se tiene en cuenta como una solución real para cumplir los requisitos reales de trazabilidad e identificación de productos, lo que ayuda a tener una previsión ajustada de la demanda del mercado y permite optimizar la producción.
La tecnología RFID soluciona algunas limitaciones de los códigos de barras (necesidad de visión directa para la lectura, fiabilidad, etc.) al aumentar el grado de automatización de la obtención de datos.
En cuanto a los usos para la identificación de personas, éstos están enfocados sobre todo al aumento de la seguridad. Entre las aplicaciones más extendidas en este campo destacan el pasaporte electrónico o la identificación de pacientes en centros sanitarios.
No hay comentarios:
Publicar un comentario